lunes, 6 de enero de 2014

READY PLAYER ONE




Ernest Cline, con su asombrosa y envolvente narrativa, logró crear la novela perfecta para gamers y geeks en general.
Basando su historia en un universo cibernético, el autor nos presenta a Parzival (Wade Watts), un geniecillo de 18 años persiguiendo un sueño aparentemente inalcanzable para un simplón como él.

El asunto es este: El monstruo de las telecomunicaciones James Halliday, creador de exitosos videojuegos y programas de sistemas, muere, dejándoles un último desafío a sus millones de seguidores: encontrar un Easter Egg escondido en Oasis (un mundo de realidad virtual, gratuito y respetuoso con el anonimato de quienes quieren conservarlo).
Sin embargo, el panorama no es tan maravilloso. Bajo la premisa de “mejorar” el programa, la compañía IOI (Innovative Online Industries), quiere privatizarlo, para controlar la totalidad del sistema y joderle la vida a los pobretones como Wade.
¿El resultado? La lucha de miles de Egg Hunters, o “Gunters” (como se hacen llamar) alrededor del mundo, para encontrar el Easter Egg antes que los hackers que vendieron su alma a IOI.
Además del encantador Parzival, tenemos a Aech, su mejor amigo, de lengua afilada y mente rápida; a Art3mis, una pseudo-amazona de cerebro envidiable; a Daito y Shoto un par de cyber-guerreros japoneses, y, cómo no, al villano... O bueno, al representante de la compañía que quiere acabar con la utopía: Nolan Sorrento, el despreciable y arrogante oficial de IOI.

Con un ritmo vertiginoso, Ready Player One se deja leer con fluidez, encontrando pocos obstáculos en su camino. Cada personaje está perfectamente diseñado y explicado, aún a pesar de los ligeros desencantos en algunos de ellos.
Recuerdos de los 80’s y 90’s asaltan al lector a través de la historia, logrando una identificación inmediata con los protagonistas.

A los no-gamers (como yo), les auguro varias pausas para investigar referencias, pero más allá de eso, van a disfrutar la novela como el viaje extraordinario que es.
Un viaje inolvidable, por demás.

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