domingo, 22 de mayo de 2022

HABLEMOS DE HEARTSTOPPER

Okay.

Debo empezar calmándome un poco porque solo saber que voy a escribir de esta novela gráfica/serie de Netflix, me emociona a niveles ridículos. 

Y eso pasa cuando te topas con este tipo de historia. 

Llegué a Heartstopper gracias a Maggie, unas de mis mejores amigas. Cuando pregunté qué podía recomendarme en plataformas sin dudar mencionó la serie de Netflix que recién se había estrenado. Le pregunté de qué se trataba, "de un chico gay y uno hetero... allegedly". El tono con el que lo dijo y que luego soltara que la había visto varias veces porque era super tierna, me picó la curiosidad y al día siguiente ya estaba comenzándola. 

La DEVORÉ en un solo domingo, y apenas la terminé, le puse play de nuevo. 

Así de bella es la experiencia de verla. 

Soy una romántica empedernida, y adoro las historias donde el drama es digerible, y no estoy pariendo micos en cada escena porque el protagonista va a ser maltratado por su familia, por sus compañeros de colegio o por la misma sociedad. ¿Saben lo difícil que es encontrar ese tipo de producto en el reducido catálogo de producciones LGBTIQ+?

ES IMPOSIBLE.

Desde películas como Philadelphia hasta series como Young Royals, tenemos drama pesado que aunque no daña la experiencia de un buen producto, sí reduce la posibilidad de repetirlo para evitarnos el estrés de sufrir. 

Sí, son narrativas necesarias, porque sus luchas han sido trágicas, dolorosas, crudas y enormemente ignoradas por una sociedad en su mayoria cisgénero, pero con el paso del tiempo la industria del entretenimiento se ha vuelto sensacionalista con estos temas, ignorando a su vez que los miembros de la comunidad LGBTIQ+ son personas alegres que buscan ser felices, amar y ser amadas, y eso no le quita peso a su lucha. La enriquece. Ver lo mucho que ha avanzado, y lo que puede lograrse en el futuro.

Por eso refresca tanto ver una historia como Heartstopper en una de las plataformas de streaming más importantes a nivel mundial. 

Tenemos a Charlie, un adolescente abiertamente gay (sacado del closet por accidente en la novela gráfica, en la serie no especifican), que se acepta y es aceptado por sus familiares. Toca la batería, le gusta compartir con su grupo de amigos (entre los cuales hay una chica trans) y tiene una traga por un bastardito comemierda (algo con lo que muchos y muchas nos identificamos).

Es novedoso que nadie le rompa la cara a Charlie por ser gay, y aunque sí recibe matoneo (porque el mundo sigue estando lleno de personas estúpidas incluso en la ficción), no es como lo que hemos visto. No te hiela la sangre. Charlie no está en ese tipo de riesgo. 

Y luego tenemos a Nick, el personaje en torno al cual gira el arco argumental que hace que se mueva la trama de esta primera parte de esta historia. Nick es un adolescente que juega rugby, ama a su perro, tiene una excelente relación con su mamá y tiene amigos heterosexuales como él... allegedly

Entonces llega el meet cute, ese momento cuando ambos personajes se conocen de forma dulce.

En otro tipo de producción, las inseguridades que comienza a experimentar Nick al descubrir poco a poco su sexualidad, lo hubieran llevado a enfocarse en encontrar una novia para exhibirla en todas partes, en odiar a Charlie por despertar sensaciones y emociones desconocidas en él, o en transformarse en el chico más promiscuo del colegio para demostrarle a todos lo macho que es.

No en Heartstopper. 

Nick es ese adolescente con inteligencia emocional que ninguno de nosotros fue, ese adolescente que prefiere investigar qué le está sucediendo con las herramientas que tiene a la mano, y que continúa acercándose al objeto de su atracción en lugar de tratarlo con desdén. 

También la caga, obvio, pero se disculpa y el drama de esas cagadas no se convierte en algo eterno que pone densa la trama y no la deja avanzar. Como les decía, Nick tiene inteligencia emocional y busca activamente resolver las cosas. Generalmente con el diálogo, aunque en algunas ocasiones debe tomar otras medidas.

La novela gráfica no es muy distinta. Con algunas diferencias en los grupos de amigos que no afectan la historia central, ambos productos se enfocan en lo bonito del amor adolescente, en luchar contra todos los prejuicios para intentar ser feliz y en establecer una confianza y un círculo de apoyo dignos para sentirse cómodo. Es preciosa esa vaina. Refrescante entre tanta Euphoria

Si bien hay varios actores a los cuales les falta talento o entrenamiento, no sé (Harry es un tronco, y algunas veces Tao se sobreactúa donde Elle se siente plana), las joyas de la corona son los actores que interpretan a Charlie y a Nick. Joe Locke y Kit Connor tenían 17 años cuando grabaron esta serie. 17. Todavía me sorprende cuando la repito. 

Locke sin experiencia actoral y Connor con una envidiable, tienen gran química en pantalla, y hacen la historia creíble, las lágrimas creíbles, la cursilería creíble. Es un placer verlos compartiendo escenas, mientras nos enamoramos de sus personajes y en parte nos identificamos con ellos. 

La noticia de la renovación de la serie me llena de alegría. 

No sólo este tipo de historias deben seguir siendo contadas, ESTA HISTORIA debe seguir siendo contada, porque no se limita al romance: en el futuro de los personajes que conocemos gracias a la novela gráfica -porque al terminar la serie de inmediato compré los 4 volúmenes en Kindle-, hay otro tipo de situaciones a resolver que no necesariamente recurren a la violencia de género con la que siempre terminan tratando a la comunidad en las producciones de entretenimiento. Porque son personas, no personajes estandarizados. Sí, sufren violencia, pero otro tipo de dolores también: trastornos mentales, alimenticios, inseguridades más allá de su sexualidad...

La importancia que tienen este tipo de historias para mí, no se compara ni por asomo con la importancia que tienen para la comunidad LGBTIQ+. Sus videos reaccionando a la serie son tan conmovedores como la serie misma. Hagan el ensayo. Esas caras de alegría no tienen precio. Ha cobrado tal importancia, que muchos jóvenes están tomando una escena de la serie para contarle la verdad sobre su sexualidad a sus seres queridos, porque es tan preciosa que sienten confianza en que después de ella habrá cierto nivel extra de aceptación.

Sin embargo, por muy hermosa que sea Heartstopper, una golondrina no hace verano. Necesitamos más series y películas que traten a la comunidad LGBTIQ+ como las personas que son, y no como herramientas clichesudas en el camino a temporadas de premios, o solo para despertar shock en la audiencia. 

En un mundo tan duro como este, nos hacen falta la suavidad y dulzura de Nick y Charlie. 

Es un alivio saber que tendremos 2 temporadas más.

sábado, 21 de mayo de 2022

THE MAP OF TINY PERFECT THINGS

La mejor forma de vender rápido esta película es decir que es el híbrido perfecto entre Groundhog day y About Time. 

La mejor forma de venderla con calma, es esta:

Mark (Kyle Allen) es un pela'o pinta que vive bien con sus papás y su hermana. No le falta nada. Tiene lo último en guarachas y un mejor amigo super cool, ¿su problema? Cada día de su vida reciente se ha repetido lo desee o no. 

A lo Groundhog day.

Sus días se van en llevar una rutina divertida, un croquis de cada una de las acciones que puede prevenir, actos heroicos pequeños o cagaditas por las cuales no sufrirá consecuencias porque al día siguiente comenzará de nuevo. 

Hasta que conoce a Margareth (Kathryn Newton), una pelada que a todas luces pareciera una manic-pixie-dream-girl, y resulta siendo el personaje complejo que Mark no es. Termina enseñándole valiosas lecciones, incluso indirectamente, que en su cerebro adolescente no imagina. 

Llena de momentitos cursis y adorables, y con una historia digerible, pero que no carece de profundidad (problemas familiares, pérdidas invaluables), esta fantasía adolescente de viaje en el tiempo nos lleva de la mano con los dos protagonistas, a través de una seguidilla de situaciones hermosas en un pueblo norteamericano, y nos hace preguntarnos (como lo hacemos con About Time) cuántos instantes preciosos de nuestra existencia dejamos de notar por estar enfocados en el paso del tiempo, cuáles detalles se pierden para siempre mientras sobrevivimos en este mar de momentos no tan bacanos que llamamos vida. 

Más que una crítica, es una recomendación. 

La película en sí es una tiny perfect thing.