domingo, 22 de mayo de 2022

HABLEMOS DE HEARTSTOPPER

Okay.

Debo empezar calmándome un poco porque solo saber que voy a escribir de esta novela gráfica/serie de Netflix, me emociona a niveles ridículos. 

Y eso pasa cuando te topas con este tipo de historia. 

Llegué a Heartstopper gracias a Maggie, unas de mis mejores amigas. Cuando pregunté qué podía recomendarme en plataformas sin dudar mencionó la serie de Netflix que recién se había estrenado. Le pregunté de qué se trataba, "de un chico gay y uno hetero... allegedly". El tono con el que lo dijo y que luego soltara que la había visto varias veces porque era super tierna, me picó la curiosidad y al día siguiente ya estaba comenzándola. 

La DEVORÉ en un solo domingo, y apenas la terminé, le puse play de nuevo. 

Así de bella es la experiencia de verla. 

Soy una romántica empedernida, y adoro las historias donde el drama es digerible, y no estoy pariendo micos en cada escena porque el protagonista va a ser maltratado por su familia, por sus compañeros de colegio o por la misma sociedad. ¿Saben lo difícil que es encontrar ese tipo de producto en el reducido catálogo de producciones LGBTIQ+?

ES IMPOSIBLE.

Desde películas como Philadelphia hasta series como Young Royals, tenemos drama pesado que aunque no daña la experiencia de un buen producto, sí reduce la posibilidad de repetirlo para evitarnos el estrés de sufrir. 

Sí, son narrativas necesarias, porque sus luchas han sido trágicas, dolorosas, crudas y enormemente ignoradas por una sociedad en su mayoria cisgénero, pero con el paso del tiempo la industria del entretenimiento se ha vuelto sensacionalista con estos temas, ignorando a su vez que los miembros de la comunidad LGBTIQ+ son personas alegres que buscan ser felices, amar y ser amadas, y eso no le quita peso a su lucha. La enriquece. Ver lo mucho que ha avanzado, y lo que puede lograrse en el futuro.

Por eso refresca tanto ver una historia como Heartstopper en una de las plataformas de streaming más importantes a nivel mundial. 

Tenemos a Charlie, un adolescente abiertamente gay (sacado del closet por accidente en la novela gráfica, en la serie no especifican), que se acepta y es aceptado por sus familiares. Toca la batería, le gusta compartir con su grupo de amigos (entre los cuales hay una chica trans) y tiene una traga por un bastardito comemierda (algo con lo que muchos y muchas nos identificamos).

Es novedoso que nadie le rompa la cara a Charlie por ser gay, y aunque sí recibe matoneo (porque el mundo sigue estando lleno de personas estúpidas incluso en la ficción), no es como lo que hemos visto. No te hiela la sangre. Charlie no está en ese tipo de riesgo. 

Y luego tenemos a Nick, el personaje en torno al cual gira el arco argumental que hace que se mueva la trama de esta primera parte de esta historia. Nick es un adolescente que juega rugby, ama a su perro, tiene una excelente relación con su mamá y tiene amigos heterosexuales como él... allegedly

Entonces llega el meet cute, ese momento cuando ambos personajes se conocen de forma dulce.

En otro tipo de producción, las inseguridades que comienza a experimentar Nick al descubrir poco a poco su sexualidad, lo hubieran llevado a enfocarse en encontrar una novia para exhibirla en todas partes, en odiar a Charlie por despertar sensaciones y emociones desconocidas en él, o en transformarse en el chico más promiscuo del colegio para demostrarle a todos lo macho que es.

No en Heartstopper. 

Nick es ese adolescente con inteligencia emocional que ninguno de nosotros fue, ese adolescente que prefiere investigar qué le está sucediendo con las herramientas que tiene a la mano, y que continúa acercándose al objeto de su atracción en lugar de tratarlo con desdén. 

También la caga, obvio, pero se disculpa y el drama de esas cagadas no se convierte en algo eterno que pone densa la trama y no la deja avanzar. Como les decía, Nick tiene inteligencia emocional y busca activamente resolver las cosas. Generalmente con el diálogo, aunque en algunas ocasiones debe tomar otras medidas.

La novela gráfica no es muy distinta. Con algunas diferencias en los grupos de amigos que no afectan la historia central, ambos productos se enfocan en lo bonito del amor adolescente, en luchar contra todos los prejuicios para intentar ser feliz y en establecer una confianza y un círculo de apoyo dignos para sentirse cómodo. Es preciosa esa vaina. Refrescante entre tanta Euphoria

Si bien hay varios actores a los cuales les falta talento o entrenamiento, no sé (Harry es un tronco, y algunas veces Tao se sobreactúa donde Elle se siente plana), las joyas de la corona son los actores que interpretan a Charlie y a Nick. Joe Locke y Kit Connor tenían 17 años cuando grabaron esta serie. 17. Todavía me sorprende cuando la repito. 

Locke sin experiencia actoral y Connor con una envidiable, tienen gran química en pantalla, y hacen la historia creíble, las lágrimas creíbles, la cursilería creíble. Es un placer verlos compartiendo escenas, mientras nos enamoramos de sus personajes y en parte nos identificamos con ellos. 

La noticia de la renovación de la serie me llena de alegría. 

No sólo este tipo de historias deben seguir siendo contadas, ESTA HISTORIA debe seguir siendo contada, porque no se limita al romance: en el futuro de los personajes que conocemos gracias a la novela gráfica -porque al terminar la serie de inmediato compré los 4 volúmenes en Kindle-, hay otro tipo de situaciones a resolver que no necesariamente recurren a la violencia de género con la que siempre terminan tratando a la comunidad en las producciones de entretenimiento. Porque son personas, no personajes estandarizados. Sí, sufren violencia, pero otro tipo de dolores también: trastornos mentales, alimenticios, inseguridades más allá de su sexualidad...

La importancia que tienen este tipo de historias para mí, no se compara ni por asomo con la importancia que tienen para la comunidad LGBTIQ+. Sus videos reaccionando a la serie son tan conmovedores como la serie misma. Hagan el ensayo. Esas caras de alegría no tienen precio. Ha cobrado tal importancia, que muchos jóvenes están tomando una escena de la serie para contarle la verdad sobre su sexualidad a sus seres queridos, porque es tan preciosa que sienten confianza en que después de ella habrá cierto nivel extra de aceptación.

Sin embargo, por muy hermosa que sea Heartstopper, una golondrina no hace verano. Necesitamos más series y películas que traten a la comunidad LGBTIQ+ como las personas que son, y no como herramientas clichesudas en el camino a temporadas de premios, o solo para despertar shock en la audiencia. 

En un mundo tan duro como este, nos hacen falta la suavidad y dulzura de Nick y Charlie. 

Es un alivio saber que tendremos 2 temporadas más.

sábado, 21 de mayo de 2022

THE MAP OF TINY PERFECT THINGS

La mejor forma de vender rápido esta película es decir que es el híbrido perfecto entre Groundhog day y About Time. 

La mejor forma de venderla con calma, es esta:

Mark (Kyle Allen) es un pela'o pinta que vive bien con sus papás y su hermana. No le falta nada. Tiene lo último en guarachas y un mejor amigo super cool, ¿su problema? Cada día de su vida reciente se ha repetido lo desee o no. 

A lo Groundhog day.

Sus días se van en llevar una rutina divertida, un croquis de cada una de las acciones que puede prevenir, actos heroicos pequeños o cagaditas por las cuales no sufrirá consecuencias porque al día siguiente comenzará de nuevo. 

Hasta que conoce a Margareth (Kathryn Newton), una pelada que a todas luces pareciera una manic-pixie-dream-girl, y resulta siendo el personaje complejo que Mark no es. Termina enseñándole valiosas lecciones, incluso indirectamente, que en su cerebro adolescente no imagina. 

Llena de momentitos cursis y adorables, y con una historia digerible, pero que no carece de profundidad (problemas familiares, pérdidas invaluables), esta fantasía adolescente de viaje en el tiempo nos lleva de la mano con los dos protagonistas, a través de una seguidilla de situaciones hermosas en un pueblo norteamericano, y nos hace preguntarnos (como lo hacemos con About Time) cuántos instantes preciosos de nuestra existencia dejamos de notar por estar enfocados en el paso del tiempo, cuáles detalles se pierden para siempre mientras sobrevivimos en este mar de momentos no tan bacanos que llamamos vida. 

Más que una crítica, es una recomendación. 

La película en sí es una tiny perfect thing. 

martes, 20 de marzo de 2018

"INCLUSO CUANDO NO TENÍA NADA, TENÍA A BUCKY."


 DISCLAIMER: Este post se basa únicamente en los eventos desarrollados en las películas del Universo Cinematográfico de Marvel.

Buscando calmar un poco las ganas de Infinity War, decidí ver Capitán América: Guerra Civil, y después de disfrutarla como la buena película que es, vi El Soldado de Invierno para prolongar la emoción. Obviamente, siendo el ente cursi que soy, terminé viendo El Primer Vengador también para cerrar el ciclo en reversa.
Nunca había hecho el ejercicio de verlas en ese orden y tal vez por eso pude resaltar más la verdadera importancia que tiene Bucky Barnes para Steve Rogers, y por qué es completamente lógico que lo proteja de la forma en que lo hace durante Guerra Civil.

Déjenme desglosar la idea antes de que los #TeamIronMan que decidieron leer, dejen de hacerlo.

“NO UN SOLDADO PERFECTO, SINO UN BUEN HOMBRE”.

PRIMER VENGADOR:
Bucky no es sólo un amigo de Steve, es ese tipo de amigo que nos conoce tan profundamente que con el tiempo se vuelve un hermano.
Durante años es su protector de los bullies y su contacto social con un mundo que siempre lo rechaza y lo hace a un lado por su insignificante apariencia y precaria salud. Está con él cuando mueren sus padres, y lo acompaña durante los momentos más difíciles de su vida sin reprocharle su deseo ridículo de ayudar a los demás, cuando ni siquiera puede ayudarse a sí mismo.
Cuando Steve es reclutado, y sometido a la transformación con el suero de supersoldado, ese deseo ridículo de ayudar a los demás finalmente encuentra un medio, incluso cuando él no sabe cómo manejarlo. Aún a pesar de ser usado por el gobierno como propaganda viviente, y del obvio rechazo de las tropas a las cuales quería tan desesperadamente pertenecer, el objetivo de Steve sigue siendo el mismo, y al encontrar a Bucky como prisionero de guerra, después de creerlo desaparecido o -peor- muerto, ese deseo se transforma en una necesidad casi patológica de protegerlo. Siempre me causa gracia que Bucky le diga a Steve que lo recordaba “más bajo”, porque evidentemente la situación ha cambiado físicamente para ambos. El protector pasa a ser el protegido, y viceversa. Sin embargo, la felicidad del reencuentro dura poco, y durante una misión a bordo de un tren Bucky cae al vacío bajo la mirada impotente de Steve, justo después de usar su escudo para protegerse de un ataque de HYDRA.
De forma evidente, la situación es devastadora para Rogers. Ahora que es fuerte, ahora que en teoría puede hacerlo, tampoco pudo proteger a lo único en el mundo que es auténticamente suyo. Para colmo, tampoco puede alejar la tristeza con licor, o hacer un duelo de forma adecuada.

“ESTOY CONTIGO HASTA EL  FINAL DEL CAMINO.”

SOLDADO DE INVIERNO:
¿Alguna vez se han imaginado si la única persona en el mundo que los ha conocido en las buenas y en las malas, no los conoce más?
Steve ha tenido golpe tras golpe. Además de haberse enfrentado al fenómeno retorcido que era Red Skull en el pasado, y a Loki en este incierto presente, es un hombre fuera de tiempo. No conoce prácticamente nada del mundo moderno y el único vínculo con su yo “real” es una Peggy Carter postrada en una cama, que aunque lo reconoce, no puede hilvanar una conversación coherente debido a su demencia senil. Obviamente ver a Bucky después de tantos años, y además en las condiciones del encuentro, lo desestabilizan de forma importante.
Como en cualquier relación interpersonal, las emociones no van en una sola vía. Aún a pesar de las constantes sesiones de electrochoques para borrar su memoria, Bucky recuerda que Steve hizo parte de su vida, y esto también define el desarrollo de su historia.
Durante una de las peleas entre ambos, una de las que ocurre a bordo de un helicarrier, recordé la película Warrior. Para quienes no saben, Warrior es sobre un par de hermanos que terminan moliéndose a golpes en un torneo de artes marciales mixtas (si no la han visto, háganlo por favor), y la dinámica en esta pelea en Soldado de Invierno es muy similar.  El “hermano” que quiere ayudar al otro, debe ganar poder corporal sobre él para intentar hacerlo entrar en razón, y ambas ocasiones son puntos de quiebre emocional y físico.
Posteriormente, tras una paliza épica, Steve es quien cae al vacío esta vez, pero es rescatado por Bucky y abandonado a la orilla de un río.
De nuevo, por más fuerza que tenga, Rogers es incapaz de salvar a Barnes.

Y entonces llegamos al origen de este post, de incontables burlas hacia la relación entre los dos personajes, y de ácidas críticas que insisten en que las acciones del Capitán América en Guerra Civil, son excesivas y equivocadas.

“PORQUE NO QUERÍA QUE ESTUVIERAS SOLO.”

GUERRA CIVIL:
Descubrimos en esta película una fisura en Los Vengadores, causada por los acuerdos de Sokovia, pero la fractura definitiva la causa la protección de Steve hacia Bucky. Ahora, tras la muerte de Peggy, Barnes es realmente lo único que le queda de su vida pasada, y cuando lo encuentra de nuevo, o específicamente cuando Bucky lo encuentra (derrotado, cansado pero consciente de lo que fue y de lo que es ahora), Rogers es incapaz de dejarlo sin protección, incluso cuando parece merecer ser perseguido.
Algunos dicen que no es la forma correcta de actuar. Déjenme recordarles que Steve intenta hacerlo bien y dialogar, pero Tony se rehúsa a escucharlo y se deja llevar por su ego, por la presión del gobierno, y por la inseguridad de su vida en ese momento de ruptura global. ¿Qué puede hacer Steve? Lo que Bucky, incluso como Soldado de Invierno en el río, ha hecho por él: ayudarlo.
Además de ser empujado por su vocación, Steve se siente particularmente en deuda con Bucky, porque a pesar de ser la persona más importante en su vida no ha podido retribuirle todo lo que hizo por él, y ahí está el punto. Steve tiene autonomía ahora, no está sujeto a obedecer a otra entidad, como ha estado siempre (llámese Ejército Estadounidense, SHIELD, o Tony Stark con su poder monetario y tecnológico), y está manejando su vida conforme a lo que le parece correcto, aunque el mundo esté en contra. Aquí es donde muta, ya no es el personaje blanco que muchos insisten en creer que sigue siendo, demuestra ser un personaje complejo moralmente, y fiel a si mismo.
Por eso no es excesiva su postura durante el combate con Tony, y su frase “Él es mi amigo” no es algo ligero, como han querido hacerlo ver. Para Steve Rogers, el hombre que viene de un tiempo en el que la palabra tenía valor y “amigo” significaba mucho más de lo que significa ahora, Bucky Barnes es más que eso, y todo lo que lo conforma es lo que intenta proteger. Su historia juntos, ese pedacito de vida propia que sigue vivo. Sí, Bucky asesinó a los papás de Tony, pero lo hizo obedeciendo ciegamente órdenes dadas durante lavados cerebrales a punta de electrochoques. No estoy justificando sus acciones, ni insinuando que sentir simpatía hacia Tony esté mal (incluso yo, detestándolo como personaje entiendo esa forma de actuar empujada por su dolor), sólo quiero que abran un poquito la mente y comprendan que las acciones de Steve no son fatuas, y que su deseo de proteger a Bucky no es un vehículo débil para llevar la trama de Guerra Civil, es el motor más fuerte de su protagonista.

“TODOS NECESITAMOS UNA FAMILIA.”

La última película de la trilogía de Capitán América es la más emotiva, y la que más trenza en su argumento dramas familiares. Vienen de todas partes, incluso del villano, y por eso es tan determinante la protección de ese último vínculo familiar que sigue vivo. Aunque, irónicamente, no haya lazo de sangre.


miércoles, 7 de junio de 2017

WONDER WOMAN

Debo comenzar diciendo que a pesar de las críticas positivas que leí, no estaba convencida. Ya había recibido muchos golpes del DCEU como para esperar algo realmente bueno esta vez, y OH POR DIOS, me callaron la boca con un producto que me hizo sentir orgullosa y satisfecha.

Gran parte del éxito de Wonder Woman conmigo, son los puntos que tiene en común con una película que amo: Captain America: The First Avenger, pero no necesariamente porque haya escenas casi calcadas (aunque ayuda bastante), sino porque su personaje principal también me genera simpatía infinita. Encontré a esta Diana Prince adorable. En su inocencia parece una niña que puede patearle el trasero a quien se le atraviese, si siente que está haciendo lo correcto. Había leído también que el personaje de Chris Pine (Steve Trevor) era el corazón de la película, y es cierto en parte, porque Gal Gadot también lo es. Se complementan tan bien, que no puedo concebir la película sin la química que demuestran. Nutren la pantalla.

La historia inicial de Diana, en Themyscira, se toma su tiempo. No se siente afanada o torpe y esto es crucial para las bases del personaje. Entendemos su curiosidad y desobediencia, porque han sido rasgos suyos desde siempre, no algo que surgió en el guión por comodidad. Las amazonas Hippolyta y Antiope son fundamentales en el crecimiento del personaje, y a pesar de su corto tiempo en pantalla, resultan efectivas.

La única falla importante que le encontré a la película, fue la forma en la que manejaron la batalla final con el villano y el pobre uso que hicieron de David Thewlis, uno de mis actores favoritos (por favor vean Besieged). Diálogos innecesarios y demasiado cursis (no entiendo cómo quienes metieron mano en el guión, decidieron que eran las palabras perfectas para el enfrentamiento), y efectos especiales que me recordaron a Incubus de Suicide Squad, me desinflaron un poquito.

No tengo palabras para describir lo agradecida que estoy con Patty Jenkins por entregar una película sólida, con un argumento coherente y una narrativa lógica.
No, Wonder Woman no es una película grandiosa, tiene detalles idiotas (aún no comprendo la risa caricaturesca de los villanos después de lanzar un gas tóxico en un salón lleno de militares alemanes), pero es una muy buena. Una mejora indiscutible para el DCEU. Ojalá los ejecutivos de Warner y otros directores tomen nota, y se den cuenta de que para hacer una película seria, no tienen que llenarla de filtros negros y exceso de solemnidad.

Por último, quiero pedirles un favor: véanla en cine.
Si esos mismos ejecutivos que querían eliminar la mejor escena de la película (esa gloriosa en la que Diana sale de la trinchera para tomar de una vez su rol como Wonder Woman), se dan cuenta de que una superheroína es rentable, podrán sentir deseos de seguir invirtiendo su dinero en este tipo de historias.
Si pagaron boleta para BvS: Dawn of Justice y para Suicide Squad, es lo menos que pueden hacer.

miércoles, 8 de marzo de 2017

LOGAN

Dirigida por James Mangold (Girl, Interrupted; Walk the line; 3:10 to Yuma -remake- y The Wolverine), Logan me pareció la clausura perfecta, y tal vez inmerecida, para una trilogía inestable. Western, road movie, drama y acción se fundieron en una pieza sólida argumental y visualmente, que me dejó satisfecha por completo al salir de la sala de cine. Con X-Men, la última vez que me pasó eso fue con First Class, hace ya varios años. Ojalá los guionistas de las próximas entregas de la franquicia tomen nota y se den cuenta de que contar una historia relativamente simple y con personajes limitados, puede ser infinitamente mejor que atosigar al público con múltiples lineas argumentales y más personajes de los que pueden manejar.
No es cantidad, es calidad.

Hugh Jackman encarna a la perfección a este Logan cansado y enfermo que nos hace sufrir desde la primera escena, y acompañado de un IMPECABLE Patrick Stewart, juega con nuestras emociones a placer. Da gusto ver a este par de grandes actores luciéndose gracias al prolongado tiempo en pantalla que comparten.
Boyd Holbrook es el villano arrogante perfecto y se echa de menos cuando entra un villano más "importante" (un relativamente plano Richard E. Grant) en el panorama. Stephen Merchant cumple en un rol ajeno a su recorrido actoral, y la pequeña Dafne Keen como el arma letal y extraordinariamente poderosa, es la cereza del helado.

Las escenas de acción están bien cuidadas y el gore mostrado no se me hizo gratuito, cumple un propósito obvio y casi que liberador para la historia del protagonista, y está equilibrado con secuencias tranquilas y hasta cómicas.

(SPOILERS)

La única macha que puedo encontrar en la película, es la ausencia de una explicación clara con respecto a eso "terrible" que hizo Charles Xavier. Sí, me lo imagino, pero necesitaba la versión explícita, aunque entiendo que pudo manejarse de esa forma para darle un final pacífico al personaje y dejarnos despedirnos de él aun con simpatía.

El final me rompió el alma, más que por la despedida de Logan y Laura, o por la muerte del héroe, por esa cruz en X sobre la tumba de Wolverine.

Más rotundo no puede ser el final de una era.

miércoles, 8 de febrero de 2017

HIDDEN FIGURES

A veces surgen películas bonitas, bien hechas, conmovedoras más no devastadoras, que se dejan disfrutar como un helado en una tarde caliente. Eso es Hidden Figures para mí. En una temporada llena de películas con alto contenido dramático, la historia del grupo de mujeres afroamericanas que trabajaban como computadoras para la NASA durante el nacimiento de la era espacial norteamericana, resultó refrescante.

Bajo la dirección de Theodore Melfi (St. Vincent), las tres protagonistas se lucen en roles inspiradores y valientes. Taraji P. Henson interpreta a la superdotada Katherine Goble, Octavia Spencer a la adorable Dorothy Vaughan y Janelle Monáe a la efervescente Mary Jackson, y rodeadas de actores como Mahershala Ali, Kevin Costner (AKA Envejezco como los dioses) y Kirsten Dunst, llenan de matices sus personajes enriqueciendo una trama que tal vez hubiera resultado demasiado densa si sólo se hubiera concentrado en la parte académica.
El único que no me gustó en el reparto, fue Jim Parsons, quien no logra alejarse de Sheldon Cooper de The Big Bang Theory.

De buen ritmo, buen argumento y muy buenas actuaciones, ésta película, la bonita, no la más trágica o la mas rimbombante, será la que busque en el futuro para repetir cuando quiera sentirme un poquito satisfecha con el mundo. Cuando quiera pensar que no todo es malo. Cuando quiera recordar que eventualmente a todos nos llega una recompensa si sabemos luchar nuestras batallas.


HACKSAW RIDGE

Dirigida por Mel Gibson, y basada en hechos reales, la película nos cuentra la historia de Desmond Doss, un soldado-paramédico enviado a Japón durante la Segunda Guerra Mundial, quien para mantenerse fiel a sus ideales religiosos, escogió enlistarse sólo para salvar vidas y entrar en combate sin armas para defenderse. Efectivamente es una premisa muy atractiva, pero por poco la narrativa de la primera mitad me hizo perder la fe. Lenta, cursi y con diálogos algo ridículos me hizo sentir incómoda e incluso preguntarme qué carajos estaba pensando Gibson para llenar de tanto azúcar su película. Corto tiempo después, comencé a entenderlo. Tenía que endulzarnos a modo de preparación para el festival de violencia que venía luego.

Andrew Garfield está perfecto como Doss en sus dos etapas, la ridícula pero de algún modo adorable, y la heroica totalmente convincente. Es un gran actor (lo vengo diciendo desde esa dolorosísima Never let me go), y lo sigue demostrando cada vez que tengo el placer de verlo de nuevo. Logró conmoverme hasta las lágrimas en unas tres ocasiones sólo con sus expresiones faciales. Teresa Palmer cumple, pero ahí se queda, siendo un hermoso personaje decorativo. Hugo Weaving como un alcohólico veterano de guerra no me convenció mucho, y Rachel Griffiths, quien interpreta a su esposa, sólo tiene uno o dos momentos rescatabes.
Sam Worthington, conocido por interpretar a Jake Sully en la (aún maravillosa para mí) Avatar, lo hace bien como el Capitán Glover, un personaje recalcitrante con un tardío cambio de corazón, y Vince Vaughn conocido sobre todo por comedias y ese desastroso remake de Psycho, logra conectar con el público gracias al Sargento Howell. Sin importar lo desagradable que sea, no le deseamos mal. Con ambos me pasó algo similar a lo que me ocurrió con David Schwimmer en Band of Brothers: sorpresa muy agradable.

La acción es aterradora, y no uso ese término a la ligera. Realmente sentí deseos de salir corriendo de la sala de cine durante las escenas más violentas, pero supongo que eso está bien, me sumergí. El sonido es sobrecogedor, no sería raro que se llevara algún premio Oscar por la mezcla o edición del mismo.

¿Es una gran pelicula? Tal vez no, pero es una muy buena, y a pesar de ese comienzo soporífero, muy buena es suficiente para mí.