Con lánguidos planos de excesiva duración y silencios de insoportable longitud que hubieran podido llenarse con múltiples subtramas en el guión, esta adaptación de la novela de Gustave Flaubert es un pobre homenaje a la historia.
Mia Wasikowska entrega un performance soporífero para un personaje que se supone interesante, y tristemente Ezra Miller luce poco convincente en un rol de época, viéndose ridículo debido a su innata e inevitable modernidad. Logan Marshall-Green es incómodo de ver y lo lleva a uno a fantasear con Tom Hardy o Charlie Hunnam, quienes probablemente le hubieran sacado buen jugo a ese papel. Paul Giamatti y -sobretodo- Henry Lloyd-Hughes son demasiado discretos por su propio bien.
Rhys Ifans es uno de los pocos aspectos positivos de la película, debido a la riqueza de tonos en su personaje y a su forma -siempre- efectiva de actuar.
Decepcionante es poco.
Tal vez el impacto negativo en mí fue mayor, porque esperaba mucho más, pero desvinculándome de mi admiración por la novela y por el reparto de la cinta -en especial Ezra Miller- de verdad pienso que la versión de Sophie Barthes de la famosa adúltera francesa deja mucho que desear.
Tal vez el impacto negativo en mí fue mayor, porque esperaba mucho más, pero desvinculándome de mi admiración por la novela y por el reparto de la cinta -en especial Ezra Miller- de verdad pienso que la versión de Sophie Barthes de la famosa adúltera francesa deja mucho que desear.